Hermana Muerte ha sido la película inaugural del Festival de Sitges. Película que se estrenará en breve en Netflix.  Paco Plaza, su director, nos trae la historia de la Hermana Narcisa (Aria Bedmar, muy bien toda la peli) y su entrada en un convento de clausura donde irá descubriendo que no todo es tan blanco como la ropa que visten.  Por si no lo sabiais, Hermana muerte es la precuela de Verónica, de su mismo director y el cual deja bien claro en su escena final.  Paco Plaza nos pone desde un inicio en un convento en la época de la postguerra civil, y nos presenta a Narcisa, una monja que es famosa por sus visiones sobre la Virgen años antes.  Desde un inicio nos deja claro que ese convento tiene algo raro, y lo hace con escenas al estilo El final de la Escalera y dandole un ambiente oscuro como El espinazo del diablo de Guillermo Del Toro.  Pese a que la película me ha transmitido un poco de bajon por la mitad, acaba ligando todo a ritmo de multiverso que riete tu del de Marvel. Quizás su peor punto es que no acaba de dar miedo suficiente como para considerarla película de terror. Eso sí, lo que me fascina es que da la sensación que Paco Plaza es un superguerrer de Dragon Ball: cuanto más lucha, más fuerte es, o en su caso, cuanto más rueda, más fino lo hace. Y da la impresión que aún no ha llegado a su prime (como se dice ahora).  En fin. En escasos 20 días, Hermana Muerte en Netflix, película que os recomiendo para volver de lleno al universo de Paco Plaza.