Película de acción real estrenada en 1934. Está dirigida por W. S. Van Dyke y protagonizada por William Powell (doblado en España por Santiago Salorio), Myrna Loy (Marián Priego), Maureen O’Sullivan (Isabel Fidalgo), Nat Pendleton (Roberto Reboiro), Minna Gombell (Marina de la Peña), Porter Hall (Santiago Fernández), Henry Wadsworth (Andrés Bellas), William Henry (Raúl Dans), Harold Huber (Juan Ignacio Borrego Vázquez), Cesar Romero (Javier López), Natalie Moorhead (Elina Luaces), Edward Brophy (Miguel Pernas), Edward Ellis (Joaquín Lens), Cyril Thornton (Gonzalo Uriarte), Ruth Channing (Amalia Gómez), Robert Homans (José Antonio Jiménez García) y Leo White (Tuto Vázquez).
Me ha encantado la pareja detectivesca protagonista. Cómo se compenetran entre sí, el tipo de humor qué manejan, la relación que se crea entre ambos, su afición a la bebida… Es una relación que combina un humor muy bueno con una relación preciosa que denota confianza, amor y admiración. Eso es lo que más me ha funcionado. El problema es que el resto de personajes no me han resultado tan interesantes y estaba constantemente deseando que llegase el momento en que volviera a aparecer la pareja protagonista.
La película es una comedia detectivesca, lo que me ha pillado de sorpresa porque yo me esperaba una película detectivesca, al estilo Agatha Christie que supiera despertar mejor mi intriga. Se nota la inspiración en las novelas de Agatha Christie, concretamente al matrimonio Buresford. Además, la escena final, que da nombre a la novela es un claro guiño a la forma de resolver los casos en las novelas de Agatha.
La parte cómica, eso sí, funciona genial porque tiene escenas hilarantes. Sobre todo en las que intervienen los protagonistas. Pero he de confesar que se me hicieron algo extrañas porque pensaba que era una novela detectivesca normal. Pero sabiendo que es una comedia, creo que funcionan perfectamente.
En fin, yo personalmente prefiero las películas detectivescas a las cómicas, pero creo que es una buena película.
