Un lugar para soñar: El zoo de Cameron Crowe

[xrr rating=3.5/5]
Mucho ha llovido desde el día que el nombre de Cameron Crowe se asociaba a los premios Oscar, y es que el director de Jerry Maguire (1996) llevaba 6 años sin sentare en la silla del director. Ahora vuelve adaptando un libro autobiográfico de Benjamin Mee con Matt Damon y Scarlett Johansson al frente del reparto.
Un lugar para soñar cuenta la historia de un padre (Matt Damon) que decide mudarse al campo con su familia. Una vez allí, todos colaborarán para reabrir un zoo que lleva muchos años cerrado y que se encuentra en estado ruinoso. Durante la reconstrucción del zoo, los problemas familiares saldrán a la luz; pero también el espíritu de superación y el amor que existe entre todos sus miembros. Un amor que les permitirá superar cualquier dificultad que se les presente.
Poco hace falta saber del argumento de la película leyendo el título original de ésta “We bought a zoo” o lo que es lo mismo “Hemos comprado un zoo”, frase que exclama la pequeña de la cinta en un par de ocasiones. Cierto es que esta frase es el motor de la película, y que tal argumento podría haber derivado a una basura familiar de la índole de Dr. Dolittle (1998) sino hubiese sido por Cameron Crowe. Y es que el director de la infravalorada; y para mi su mejor película; Elizabethtown (2005) sabe como darle profundidad y emotividad a una historia la mar de sencilla que en manos de otro director podría haber sido cualquier TV movie. Y es que, no nos engañemos, ninguno de los argumentos de las películas de Crowe son una maravilla, pero sabe enriquecerlos con grandes momentos: el “show me the Money!” de Jerry Maguire (1996) ha pasado a la historia del cine, el viaje de vuelta del protagonista de Elizabethtown (2005) es conmovedor, y en esta ocasión vuelve a tener varios momentos rodados con una maestría impecable. Claro está que Matt Damon y la extraordinaria banda sonora del cantante finlandés Jónsi ayudan.
Resumiendo, nos encontramos ante una buena película, algo sensiblera y larga, pero con unos buenos diálogos y unas magníficas interpretaciones de Matt Damon y Elle Falling. Tal vez no sea la mejor película de Cameron Crowe, pero si las más bonita.
 
Lo mejor: Matt Damon y la banda sonora
Lo peor: 124 minutos