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Han pasado 20 años desde el estreno de ‘Dos tontos muy tontos’ y también han pasado 20 años en la película. En ambos casos se nota que a veces el paso del tiempo no es bueno y que es mejor dejar las cosas como están y no estropear algo que dejó huella. Si la precuela de 2003 fue fallida, ésta lo es tanto o más. La trayectoria de los hermanos Farrelly ha sido muy irregular con tendencia descendente. Parecen ya lejanas sus dos granes aportaciones: ‘Dos tontos muy tontos’ (Dumb and Dumber, 1994) y ‘Algo pasa con Mary’ (There´s Something About Mary, 1998) con momentos brillantes, con un hueco estelar en el imaginario colectivo y en la comedia americana pero también con excesos y defectos de primera categoría.
Lo primero que falla en ‘Dos tontos todavía más tontos’ (Dumb and Dumber to) es su historia o mejor dicho el intentar tejer una historia con malos incluidos que no casan con el espíritu gamberro, tontorrón y delirante del original. Lo que cuenta no interesa y los guiños y reiteraciones de chistes o situaciones de la primera parte no sólo no producen la misma reacción de antaño sino que hacen aflorar aún más las debilidades de esta secuela. El inicio o premisa prometía pero se va disolviendo como un azucarillo. Empiezas a darte cuenta de que quieres algo más políticamente incorrecto y no meterte, aunque sea sólo como excusa para hacer gags, en un desarrollo muy manido de búsqueda filial, enamoramiento y típica situación de poner a uno o dos tontos entre mentes brillantes.
Cierto es que la película te saca un par de carcajadas y alguna risa más, entre situaciones manidas pero siempre efectivas, caretos, absurdos y barrabasadas varias, pero se quedan cortos, a medio camino o directamente huérfanos de esa chispa y desde luego en momento alguno de la magia que rezuma la primera parte. Es en el guión por tanto donde está el quid, donde cojea y hace aguas (lo firman varios además de los Farrely y siempre he pensado que una autoría multitudinaria es preludio y garantía de carencias). Jim Carrey y Jeff Daniels cumplen sin más pero no se les puede pedir mucho ante el producto que tienen que defender.
La otra pata que cojea es el cásting. En ningún momento secundan ni añaden interés al ya de por si difícil papel de los protagonistas de sostener la película. En vez de compensar el elenco actoral no hace sino empeorar el panorama general y conformarse con el dúo y su oficio con los papeles, intentando llevar a buen puerto cada escena, a pesar de que en la mayoría de los casos falta ritmo, golpes de efecto verdaderamente desternillantes y situaciones mínimamente sorpresivas a pesar del conocimiento amplio que tenemos ya del universo Farrely. Pero no, de hecho lo peor de todo es la previsibilidad de la mayoría de gags y su decepcionante resolución, no sólo de las escenas sino del desenlace final, si es que en algún momento tuviera interés la historia.
Los Farrely han optado por recuperar su gran acierto junto a ‘Algo pasa con Mary’ (¿habrá secuela en base a cómo funcione ésta?) y sacarle una punta que ya no tenía o al menos no han logrado sacar, en vez de inventar o reinventar su indudable sello, guste más o menos. No sólo es un riesgo grande a pesar de que en taquilla probablemente funcione bien sino un síntoma claro de falta de ideas, lo que es aún más grave.
Lo mejor: como siempre la capacidad gestual de Carrey.
Lo peor: el conjunto y el impacto de ver a Kathleen Turner como está actualmente.
Estreno: 14 de Noviembre.
