En un apacible barrio adinerado de Quebec, situado en un islote, el dueño de un campo de golf aplica un fertilizante experimental para poder jugar en invierno pese a la nieve. El fertilizante acabará filtrándose en la red de agua pública dando pie a una nueva plaga de zombis. Un adolescente y su hermana de apenas unos meses tendrán que buscar la manera de sobrevivir antes de que sea demasiado tarde y contarán con la ayuda de un vigilante de seguridad encarnado por Roy Dupuis, recordado como el compañero incansable de Peta Wilson en la serie de los noventa Nikita.
Brain Freeze (Canadá, 2021, Julien Knafo) es una comedia de terror divertida y un tanto genérica pero que cumple con las expectativas que genera. Que nadie espere una película con muchas florituras, se nota que cuenta con un presupuesto bajo y los efectos especiales no son nada del otro jueves. Descolocan todas las secuencias del gurú radiofónico «trumpista» que no acaban de aportar mucho a la historia real más que para satirizar sobre esta clase de personajes tóxicos que pueblan los medios y manipulan a la opinión pública con inconsistentes discursos populistas.
Es ideal para pasar una tarde entretenida y echar unas risas. Además el acento francés de Quebec es fantástico, fascinante. Quizá se agradecería un poco más de mala leche para que la fiesta fuera completa.
