Película de acción real estrenada en 1931. Está dirigida por Tod Browning y protagonizada por Bela Lugosi (doblado en España por Vicente Gil), Edward Van Sloan (Santiago Cortés), Herbert Bunston (Juan Manuel Soriano), Dwight Frye (José Javier Serrano) y Francse Dade (Ana Frígola).
Confieso que esta película la vi en dos veces. La primera fue el año pasado que no la terminé porque me quedé rallado por ciertos cambios. Y es que si la ves habiéndote leído la novela, con ciertas ideas preconcebidas, el devenir del personaje Jonathan (Renfield en esta versión) es muy distinto ya que, tras las primeras terroríficas escenas que quedan muy acotadas) se vuelve totalmente loco siendo él y no el sobreviviente de la tripulación naufragada quien acaba en el psiquiatra. Así, la película (parece ser que por estar basada en la obra de teatro) reduce personajes (quedan combinados), tramas (la escena inicial, el viaje final a Transilvania o las tramas de Lucy). Todo esto hace que la película pierda considerablemente respecto a la novela o la versión de Coppola.
Es una historia muchísimo más sencilla y acotada, recordemos que se eliminan casi todas las tramas secundarias, pero que aún así tiene cierto encanto teatral que la hace muy disfrutable. Te cuenta la historia principal del vampiro sin demasiado desarrollo, haciéndola menos terrorífica, pero con muchísima elegancia. Esa falta de desarrollo juega sobre todo en contra del personaje de Van Helsing que parece más una parodia de sí mismo.
Es una película muy icónica, básicamente definió el diseño de Drácula con su capa tan presente en la cultura popular; con escenas muy míticas como Drácula colándose en la habitación de Lucy o sus transformaciones en murciélago.
En fin, es una buena película con escenas icónicas, que definió un estilo para este famoso vampiro, pero que carece de la profundidad y desarrollo de personajes que la novela o la versión de Coppola. En cualquier caso, es un must.
