Fue el último gran escándalo político-personal de los Kennedy, si bien la tragedia continuó hasta 1999 con la muerte en accidente de avioneta de John Fitzgerald Kennedy Jr. junto a su esposa y su cuñada. El clan ha sido una mina para películas y biopics y faltaba hablar del nunca resuelto asunto de la muerte en accidente de coche de la colaboradora de campaña Mary Jo Kopechne cuando iba acompañada del candidato a la presidencia Robert F. Kennedy, el último hijo vivo, la nueva oportunidad para que los Kennedy volvieran a reinar.
Jason Clarke como Ted Kennedy en ‘El escándalo Ted Kennedy’
‘El escándalo Ted Kennedy’, o en su título original ‘Chappauiddick’, al que hace referencia el lugar vacacional donde ocurrieron los hechos, intenta arrojar luz a un asunto que copó el interés mediático aun a pesar de compartir temporalidad con nada menos que la llegada del hombre a la luna. No había mejor cortina de humo pero ni siquiera eso pudo evitar el escándalo.
La película juega de hecho con el acontecimiento como contrapunto entre lo más loable del ser humano, impulsado de hecho por el hermano asesinado en el 63, y lo más bajo. Pero el film de John Curran procura ser ecuánime en el sentido de no dar nada por sentado, ni para bien ni para mal, y retratar a Ted Kennedy como un hombre lastrado por el pasado y exigencias familiares, con su lado infantil pero también con su intento de afrontar con dignidad el trago. Sin embargo, una vez más, los resortes del poder y la influencia manejan al individuo en pos de la ambición política.
Todo ello se retrata con pulso firme, buen ritmo pero sin escenas memorables, con un solvente Jason Clarke en el papel protagonista y una clara intención de extrapolación con la actualidad para reflexionar sobre la ambición política, la verdad real frente a la creada y los resortes del poder en pos de un relato creíble que no casa para nada con los hechos y reacciones confusas, cuando no radicalmente extrañas.
Ted Kennedy nunca llegó a ser candidato a la presidencia, al perder las primarias, pero acabó siendo uno de los senadores más activos y respetados de la historia democrática americana. Mientras, Mary Jo acabó en el olvido, convencidos incluso sus padres de que no hubo culpa alguna en el político de la saga más poderosa de Estados Unidos. Lo que es la vida.
