Hay películas con mucho dinero, hay películas con poco dinero, las hay que desaprovechan lo que tienen, las hay que exprimen todo aquello que usan, las hay interesantes, también absurdas, con trasfondo social, que te hacen pensar, con espacios abiertos o rodadas en un solo espacio. Las hay inteligentes y las hay que tratan al público de idiota.
Me encanta cuando una película, visiblemente “barata”, se las ingenia para que el público conecte rápidamente con ella, y no se baje de ese tren en todo el metraje. Me encanta cuando además de intrigarte te hace pensar, cuando la dirección de la película consigue que en un lugar totalmente diferente a lo que has vivido toda tu vida te veas perfectamente reflejado.
Todas estas bondades que escribo son para El hoyo, una película magnífica que ya apuntaba maneras desde que ganó el premio del público en el Tiff. Dirigida por Galder Gaztelu-Urrutia y protagonizada en su totalidad por un Ivan Massagué inconmensurable y acompañado -entre otros- por Antonia San Juan, El hoyo tiene claras las referencias a las que quiere parecerse y no en vano te recuerda a Cube o Snowpiercer.
Claustrofobia, conocimiento que vas adquiriendo a medida que avanza la película, durísima crítica social, crudismo y locura de una sociedad derrotada y al fin y al cabo una película con la que deberemos reflexionar sobre sus actos y los nuestros propios.
No se esconde de mostrarte su lado crítico, no se esconde tampoco de enseñarte un protagonista Quijotesco de sueños y promesas difíciles de cumplir. No se esconde, porque el hoyo, aún y ser profundo es bien claro. Somos una mierda de sociedad, dividida en niveles, nos importa un huevo el nivel de abajo y rezamos para pertenecer a los de arriba. Pocos luchan por cambiar esto y los que lo hacen normalmente salen escaldados. Somos lo que somos y nada mejor que El hoyo como para hacérnoslo ver.
No hay nada que me guste más que una película me sorprenda de esta manera y sea tan redonda en sus 90 minutos de metraje, y más si está hecha por gente de aquí. Sin dudarlo ni un momento, una de mis favoritas del Festival de Sitges, y de este año.
Obvio.
[movie title=»El hoyo»]
