I Am Your Father. Yo soy Darth Vader.

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Aun con las luces apagadas, si se mira atrás puedes distinguir la corpulenta silueta de David Prowse, imponente a pesar de sus 80 años, aguardando el comienzo del documental ‘I Am Your Father’. A la mayoría no les sonará el nombre, pero en estos círculos cinéfilos y de fans de la ciencia ficción no sólo se conoce, sino que se idolatra, por lo que significa y por la apasionante historia que hay detrás. Se podría esperar que ya alguien había pensado en contarla o lo había hecho, pero no, y lo que es más, no han sido los británicos compatriotas de David o los americanos creadores de la saga los que lo han hecho, sino dos españoles directores y fanáticos de Star Wars: Marcos Cabotá y Toni Bestard (ambos estrenaron recientemente y con buen pie sus primeras obras de ficción: ‘El perfecto desconocido’ y ‘Amigos’).
‘I Am Your Father’ parte de dos premisas tan atractivas como frecuentes en muchos documentales: el retrato de un personaje olvidado o poco valorado a pesar de sus logros y una polémica o misterio no resuelto. David Prowse cumple con creces ambas: actor de cierto renombre gracias a la televisión y a sus personajes de monstruos en la mítica Hammer, alcanzó su cénit pero también su maldición llevando la máscara oscura de Darth Vader. Su imponente presencia gracias al culturismo (campeón británico en tres ocasiones) le dio el papel, pero sólo pudo poner su por otro lado meritoria interpretación física, ya que jamás pudo hacer lo propio ni con la voz (debido a su marcado acento rural) ni con su rostro cuando finalmente se hizo en la ya icónica escena, para el que usaron a otro actor.

En cuanto a la polémica, eje central del documental, se juega con lo ambiguo a pesar de apostar por la inocencia de Prowse como arma promocional, suponemos. De cualquier forma, es inevitable la empatía que provoca el grandullón británico y su interesante vida, mostrando desde su faceta de entrenador de Supermán hasta su éxito menos conocido pero por el que es más reconocido, incluso por la Reina de Inglaterra: la interpretación de un superhéroe pro seguridad vial que triunfó como campaña anti atropellos, sobre todo entre los niños. Siempre parapetado en sus disfraces de monstruo para la Hammer, la única vez que en el cine se mostró tal cual fue nada menos que para Kubrick, en ‘La Naranja Mecánica’.
Pero Cabotá y Bestard van más allá: indagan al nivel de investigación periodística el porqué del ostracismo al que le condenó George Lucas y la productora, y no sólo eso, le proponen una manera de resarcirse y quitarle esa espinita. Es pues un documental atractivo en lo que cuenta pero quizá no tanto en cómo lo cuenta, pudiendo haber aprovechado más las impecables premisas señaladas y sabiamente escogidas desde el punto de vista del montaje y los guiños de humor, amén de recursos frikis casi infinitos a su disposición. No obstante se palpa de principio a fin la pasión con la que ha sido rodado y que está sin duda firmada por dos fans absolutos de la saga galáctica.
Se apagaron las luces y no se oye la reconocible respiración de Darth Vader pero sí se intuye el agradecido disfrute de un hombre que siente que se la rendido un merecido homenaje y enmendado en parte una injusticia.

A solas con “el lado oscuro”

Marcos Cabotá y Toni Bestard han tardado en realizar el proyecto. Lo que empezó como una locura soñada se fue transformando en una locura realizable y realizada, echando mano incluso del crowdfounding. “Lo que iba a ser un corto, se convirtió tras tres años de trabajo en un documental”, afirman. Una de las razones, como muchas veces pasa, es que fueron descubriendo datos reveladores y por tanto material para ampliar el trabajo. “Hicimos un trabajo periodístico. Encontramos en un foro la entrevista del 77 donde supuestamente revela lo del padre”, apuntan los directores.

¿Fue esa la causa del ostracismo que sufrió ya en ‘El retorno del Jedi’ y posteriormente al quedar fuera del círculo oficial de la saga? Parece ser que sí: “Desgraciadamente no tuve una relación feliz con George Lucas,” -confiesa David Prowse– “tuve una sensación de vendetta al dejarme fuera de todo lo relacionado con Star Wars.” De todas formas tampoco él mismo aclara el particular: “Fue hace mucho tiempo y apenas recuerdo cómo fue.”

Al margen de polémicas, lo importante del documental, más allá del mito y el atractivo de que a uno de los iconos del siglo XX no le pusiéramos cara, es el lado humano de un hombre al que Star Wars le cambió la vida pero que paradójicamante no fue el mayor logro de su carrera, al menos objetivamente. “Se reconoce a Darth Vader como el mayor villano y para mí fue un honor ser su imagen”, afirma con tranquilidad David Prowse. “Nunca me dieron instrucciones concretas de cómo abordar el personaje. Me daban el guión y yo le daba mi toque.”
De cualquier forma, para Marcos Cabotá y Toni Bestard “lo más importante reparar una injusticia”.