Inferno: un acertijo fácil

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Llega a las pantallas la tercera adaptación al último bestseller de Dan Brown: Inferno. Tras las exitosas y bastante fieles adaptaciones de ‘El Código Da Vinci’ y ‘Ángeles y Demonios’, Tom Hanks vuelve a encarnar al profesor Robert Langdon y el oscarizado Ron Howard vuelve a estar tras la cámara, al igual que en las dos anteriores. Un guionista que ha firmado varios taquillazos en los últimos años como David Koepp, un elenco atractivo y la música de Hans Zimmer parecían presagiar lo casi cantado (un taquillazo) pero también la posible mejor película de la serie.
Sin embargo, y a pesar de que estamos de nuevo ante una adaptación fiel y una ejecución propia de su presupuesto, con la calidad de los implicados y el material literario (en este caso para mi la mejor novela de la serie) se esperaba bastante más de lo ofrecido. Quizá parte de la culpa sea sobrevalorar al director dejándose llevar por unos títulos y premios que desde lejos parecen impresionantes pero que al acercar la lupa cinéfila se queda en un buen director sin más, muy lejos de cualquier marca autoral de gran parte de su generación.

‘Inferno’ entretiene sin más pero con un detalle desmeritorio: que hayas leído o no la novela probablemente te deje igual regusto. Servidor la ha leído y por tanto puedo estar condicionado por una trama que me conozco, por unos escenarios que tenía en la memoria y además con la ventaja o desventaja de que el propio Dan Brown utiliza una escritura que muestra sin ambajes su predisposición a la adaptación en imágenes. En eso no engaña. A pesar de todo uno está convencido de que aunque el espectador no haya leído la novela se va a quedar a medio camino, sin lograr meterse de lleno en la atractiva trama inicial ni llevarte a un climax adecuado.
Y es una pena, porque la mezcla de acertijos pictóricos, referencias históricas, reflexiones sobre el destino de la Humanidad y las maravillosas localizaciones de Florencia, Venecia o Estambul parecían materia suficiente para un brillante film pero finalmente ha quedado en una correcta adaptación más de la serie de Brown y una oportunidad más aprovechada para hacer más millonario al escritor y otra muesca taquillera más a la productora. Pero tranquilos, a pesar de persecuciones poco creíbles, incongruencias, falta de ritmo o nervio y un nulo interés por profundizar en los temas que propone el novelista con buen tino, la película mantiene el tipo y cumple con los mínimos… aunque no sea meritorio precisamente con los medios humanos y materiales a disposición.