Eladio vive a duras penas en una árida zona rural de Andalucía con su mujer y su hijo. Un buen día le plantean aceptar un soborno para modificar un plan de caza distinto al que él había trazado como guarda de la finca, traicionando la confianza del dueño. Ese día marcará su destino y el de su familia para siempre.
Protagonizada por un estelar Víctor Clavijo y dirigida y guionizada por F. Javier Gutiérrez, es una grandísima película que se acerca al cine de autor y que abraza el género con fuerza. Un descenso a los infiernos pausado, sin prisa pero sin frenos que agobia y mantiene la tensión hasta el último segundo. El campo andaluz como un personaje hostil más es magnético. Tradición y costumbrismo se dan la mano en esta historia ambientada en un pasado no tan remoto en el que la superstición y el mal fario pesan.
Si bien es cierto que estamos viviendo una época dorada en cuanto al cine de género patrio, este film no hace más que confirmar la tendencia y poner sobre la mesa el increíble talento que tanto detrás de las cámaras como delante.
