La forma de ganarse la vida que tiene Alex, acompañado de su hermana y el marido de ésta, es un tanto peculiar: se dedican a romper parejas. La única premisa es que sólo aceptan encargos en los que la mujer es infeliz y ésta aún no se ha dado cuenta. El éxito cosechado hasta ahora ha sido del 100%, esto se debe a que no han roto ninguna de las reglas que tienen en su propio trabajo. La regla número uno: nunca separar una pareja estable. Regla número dos: no enamorarse jamás.
Pascal Chaumeil se lanza a la gran pantalla y nos ofrece su primer largometraje. En esta primera entrega como director, Chaumeil no se ha complicado la vida en absoluto, porque lo que se dice una apuesta arriesgada, no ha hecho. Los seductores es una comedia romántica al más puro estilo Hollywood. Además si echamos la vista atrás, y nos remontamos al año 2001 nos topamos con otro film bajo el título de “Las Seductoras” dirigida por David Mirkin, y con un reparto de gran talante como son las grandes actrices: Jennifer Love Hewitt y Sigourney Weaver. Tanto la película de Chaumeil como la de Mirkin cuentan con grandes similitudes.
Si hablamos en términos generales, la película está bien hecha; pero no deja de ser una comedia romántica, sin más. Sencilla y fácil. Dispuesta a entretener al público y hacerle pasar un buen rato. El guión es bueno, contiene chispa, encanto, escenas de humor bien elegidas y a veces con pequeñas pinceladas irónicas. Cabe destacar la intervención de su principal protagonista Romain Duris, con quien la película gana bastante. Su personaje es cuanto menos, estereotipado. Pero la gran interpretación llevada por Romain hace que nos sorprenda gratamente. Éste acompañado de Vanessa Paradis dota de bastante calidad a la película. Ambos personajes hacen que este film sea bastante llevadero.
Eso sí, hay que puntuar de forma sobresaliente la manera en la que el director ha mezclado los ingredientes de la película, todos ellos en su justa medida. Es romántica, sin llegar a ser demasiado acaramelada. Es comedia, pero sin sobrepasarse y sin el típico humor absurdo y fácil. Para este último ingrediente, contamos con la especial colaboración de los prometedores François Damiens y Julie Ferrier. Ambos personajes, deberían aparecer más en escena, pues proporcionan gran comicidad al film. Quizás esta sea una pega que podemos achacar a Pascal Chaumeil, pues tanto François como Julie están algo desaprovechados.
Si hay algún “pero” puede ser que la simplicidad y sencillez de la película, hacen que no deje de ser lo que llamamos “cine palomitero”, pues tanto el final como los supuestos giros “inesperados” son totalmente previsibles. Algo que quita cualquier posible emoción o sobresalto. Aún así, Los Seductores no deja de ser una buena elección para acudir al cine un domingo de tarde y poder pasar un buen rato.
