Me ponen muy nervios los tíos como Quentin Dupieux, que en su momento se hicieron un hueco con una película diferente y extraña, y ahora parece que tienen que seguir haciendo bizarradas solo porque sí.
Uno de ellos es el ya mencionado Dupieux, y otro Yorgos Lanthimos. En serio, me da mucha pereza aguantar sus tonterías.
Pero bien es cierto que el año pasado, en el mismo festival de Sitges, me metí a ver la última película del bueno de Quentin –Deerskin-, porque cuadraba en los horarios… y pese a ser rareza, tuvo su gracia.
Este año, para no faltar a su cita, nos anuncia una película sobre una mosca gigante. Tan absurdo como llamativo.
Pues bien, Mandibules es divertidísima y -extrañamente- asequible para todo tipo de público. Usando como base un humor al estilo Dos tontos muy tontos (las referencias son bastante claras, creo yo), monta una película sobre dos losers que quieren adiestrar a una mosca gigante. Y si hablamos de referencias, quizás también deberíamos añadir alguna a la estética de dejadez de El gran Lebowsky.
En Mandibules, las situaciones, las reacciones de los dos protagonistas, su suerte y el elenco de los personajes que se van sucediendo, hacen de esta película una bizarrada divertidísima con la que ríes a carcajada limpia. Y no solo eso, además tiene un gran mensaje sobre la amistad. TORO!
Poco más puedo contar sobre la nueva película de Quentin Dupieux, solo que debéis verla y que me sabe bastante mal no haberla visto en el Auditori porque seguro que la gente se lo pasó en grande.
Ahora sí, BIEN, Dupieux, bien.
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