Avisados íbamos. No os hagáis ilusiones, aunque se haya llevado muchos premios, id a verla vírgenes, nos decía Mike Hostench, subdirector del festival. Pensad que es una película hecha por una escuela de cine y tiene los recursos que tiene.
Pues eso hicimos.
One Cut Of The dead empezó el pase como una broma cutre, muy cutre, presentada por sus adorables actores y acabó siendo una de las mejores y más emocionantes veladas que he pasado en el Festival de Sitges.
La película necesita 30 minutos de cancha. Sobretodo si la ves en casa no apagues. Lo que ves, aunque haga algo de gracia, es muy cutre. Pero recuerda esto: One Cut of The Dead va de 0 a 100.
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Es amor puro al cine. Es una maravilla. Es muy inteligente y es desternillante. Es algo novedoso, sencillo y muy simpático. Es todas las buenas críticas que está teniendo y es (posiblemente) la peli del festival.
La ovación final a los actores allí presentes, ellos llorando sorprendidos y conmovidos, nosotros con la piel de gallina y emocionados por su reacción, hizo de la de ayer una de las mejores tardes que Sitges ha vivido nunca.
Si os cruzáis a los actores, japoneses que van con la camiseta de la película, felicitadlos: son majísimos y se apuntan a todo. Y sino mirad el resumen que hicimos del día de ayer.
Sitges se hizo para estas pelis. Larga vida a Sitges.
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