[xrr rating=4/5]
Supongo que nunca se es objetivo al hablar de una película y analizarla, aunque se procure. Pero en este caso reconozco que no podré serlo, ni lo procuraré. Sencillamente porque quienes hemos crecido en los 80, quienes hemos pasado horas en los juegos recreativos entre chuches y coca colas; quienes hemos sacado partido infinito a las monedas de 25 céntimos; quienes, en definitiva, hemos pasado cientos de horas jugando a los Arcade, no podemos ser objetivos con esta película.
‘Pixels’ retoma el tradicional formato de cine adolescente ochentero para deleite de nuestra generación, esa que se emociona con libros como ‘Yo fui a la EGB’. No en vano la dirige un experto en la materia: Chris Columbus. Sí, amigos, el de ‘Solo en casa’ o las primeras Harry Potter, pero sobre todo el guionista del icono adolescente-ochentero por excelencia: ‘Los Goonies’. Y debo decir que lo ha conseguido: ha aunado ese espíritu con las formas y modos actuales del cine de aventuras y fantástico.
‘Pixels’ coge la idea original del exitoso corto del mismo nombre de 2010. Estaba cantado una versión en largometraje pero una no tiene mucho que ver con la otra. De hecho quizá a muchos les puede decepcionar (volviendo a lo de la objetividad), ya que Columbus se ha decantado por los personajes, por la nostalgia ochentera, por derroteros más de Spielberg que de Cameron, por poner una comparación. Se podría decir que la acción es lo de menos, de hecho muy controlada durante toda la película en favor del humor, el amor y la amistad de unos protagonistas que vemos como niños freak enganchados a las máquinas recreativas para evolucionar o involucionar a los adultos con las frustraciones de una época actual tan alejada de sus queridos ochenta. Cómo nos identificamos con ellos, y ahí está la gozada. Bueno, no, miento, la gozada es ver a los niños actuales disfrutar de la peli tanto como los que éramos niños en esa época y lo volvemos a ser viéndola.
Sigo en la subjetividad. No hay otra. Porque Pixels no se puede filtrar fácilmente. Es un film de sensaciones, de sentimientos, de nostalgia y de diversión nivel infantil en el mejor sentido de la palabra, para niños y para adultos. Es una película donde se dirime sobre el terreno la lucha otrora en una máquina recreativa, cuando hay no había aún ni siquiera Commodores o Spectrums (de hecho ambos salieron al mercado el año en el que da comienzo la película: 1982, quizá no por casualidad); donde aquellos niños con sueños ahora de adultos deben unirse para salvar el mundo, demostrar que sus habilidades en principio inservibles son ahora imprescindibles para superar las «pantallas» reales venidas de otro mundo. Vale, a muchos quizá les parezca una película menor o incluso mala, pero qué demonios, en mi caso hasta no me disgusta Adam Sandler, debe de ser grave.
‘Pixels’ se erige para un servidor en un futuro clásico nostálgico y por tanto más allá de consideraciones objetivas y técnicas. No voy a decir que eso es el cine, porque hay muchos cines, incluido el más sesudo, pero indudablemente las emociones, la diversión y la aventura, lo que en definitiva te revuelve por dentro, es lo que hace perdurar una película en el imaginario colectivo. Sí, por mi edad y mis vivencias de niñez soy presa fácil, pero creo lo serán la mayoría porque ‘Pixels’ va de algo muy importante: de tiempos pasados, de futuro, de amor, de amistad, de don nadies que pueden ser héroes, de triunfadores sin respeto y de sueños que se pueden hacer realidad. Puede parecer noño pero es cine en estado puro. Puede parecer irreal pero lo sientes tan real como los marcianitos o el comecocos con los que luchábamos horas en una pantalla y ahora la magia del cine lo vuelve «real».
Que vivan los ochenta.
