Estamos tan acostumbrados al cine de ciencia ficción y de astronáutica americano, que no reparamos en que en Europa, y más concretamente en Rusia, hay productos que en nada desmerecen a los ‘Apolo 13’ o ‘Gravity’ que nos recordará esta cinta: ‘Aelita’ de Protazanov, ‘Solaris’ de Tarkovski… No son precisamente ‘La guerra de las galaxias’ pero es otro estilo.
Pero cuidado, estamos ante un caso «americanizado»: una superproducción con efectos especiales y visuales de lujo para ensalzar a los héroes de la carrera espacial soviética en plena ‘Guerra Fría’. Vamos, lo que hacen los americanos sin despeinarse y que aquí los eslavos demuestran que si se ponen, en nada desmerecen.
Vladimir Vdovichenkov y Pavel Derevyanko dan vida a los astronautas al rescate de la Salyut-7
El joven director Klim Shipenko realiza un fidedigno relato de la misión casi suicida de rescate (aunque según otros no lo fue tanto) de la Salyut-7 y que se presentó en Sitges. La nave estaba sin tripulación, pero en esa época de lucha por la supremacía espacial entre EE.UU. y la Unión Soviética, temían que la interceptaran los americanos o incluso la destruyeran. Así que la misión era recuperarla si se podía o destruirla ellos mismos aun a costa de los dos astronautas enviados.
Seguramente no todo lo que ocurre es real. De hecho los nombres de los astronautas se han cambiado seguramente para incluir licencias dramáticas, pero el resultado es bastante equilibrado. Sí que es cierto que tarda en arrancar y que cuesta más identificarse con los personajes como pasa con las estrellas de Hollywood, pero cuando entra en calor mantiene el interés, jugando con la ventaja de que la mayoría no conoce qué pasó, al contrario que con las hazañas y tragedias americanas.
‘Salyut-7’ sería un buen éxito si fuera estadounidense, pero suponemos que su factura enteramente rusa y tratando un tema enteramente interno, no tenga mucho recorrido en taquilla. Pero, aun saturados de títulos del género, vale la pena disfrutar sobre todo de la impecable factura técnica y de conocer un capítulo histórico más de la carrera espacial. Ah, y con toquecillos trascendentes que no desvelamos.
