Primera película del segundo día de TerrorMolins con presencia de su director, guionista, director de fotografía, productor y unas cuantas cosas más, Jordan Graham. Un joven artista de 33 años con un futuro prometedor, y digo artista por que para desarrollar tantos roles en su película y hacerlo bien hay que serlo (o ser un inconsciente y estar un poco loco).
Estamos ante un subproducto del género de terror que siempre crea expectativas entre el fandom: cabaña en los bosques = diversión asegurada. En los últimos años hemos podido disfrutar de títulos como The Ritual (David Bruckner, 2017), The Cabin in the Woods (Drew Goddard, 2011) o la película de culto The Blair Witch Project (Daniel Myrick, Eduardo Sánchez, 1999) y secuelas, por poner unas cuantas. Y ahora podemos añadir en esta lista la interesante Sator.
Hay una presencia poderosa en el bosque, o quizás una superstición. La abuela Nani (interpretada por la abuela del director) oye voces desde hace tiempo y transcribe lo que le dicen en sus notas. Está convencida que Sator la protege. Graham nos presenta a una familia fragmentada. Pete, uno de los tres nietos de Nani, está obsesionado con el bosque, con lo que esconde la oscuridad. Pete no habla, sólo observa, perturbado y traumatizado por sucesos del pasado. ¿Existe Sator? ¿Por qué se esconde? ¿Qué quiere de su familia? A medida que pasen los días irá conociendo algunos de los secretos que yacen en la inmensidad del bosque.
Una bellísima fotografía, unas actuaciones convincentes y una trama interesante que se desarrolla a fuego lento irán metiendo al espectador de lleno en una historia que atrapa y que aterra por igual. Sin duda, habrá que seguirle la pista al bueno de Jordan Graham en el futuro.
