Shutter Island es una locura. En todo el sentido de su palabra. Una película dónde el manicomio es casi el principal personaje. Basada en el libro de Dennis Lehane, autor además de Mystic River y Gone Baby Gone, además de tres capítulos de The wire.
Desde un inicio, con un enfoque de película de época, Shutter Island aparece delante los ojos del espectador acompañado de una estridente pero muy conseguida banda sonora que te seguirá hasta horas después de la finalización de la película. Y entonces piensas: todo aquel que se muerda las uñas cuando se pone tenso, es mejor que se las deje en casa.
Porque la tensión y el nerviosismo paranoico de Shutter Island es el hilo conductor. De mano de un genial Leonardo DiCaprio y su compañero Mark Ruffalo, el público va viajando sobre el caso de una loca peligrosa desaparecida en una isla con más oscuros que claros. Además, la aparición de un huracán que no permite a los protagonistas escapar de la isla, provoca un estado creciente de ansiedad y claustrofobia apabullante.
