Continuando con nuestro especial sobre el Studio Ghibli, nos encontramos con la que algunos consideran la película más experimental del estudio ya que, estrenada en 1993, basada en la novel ahomónima de Saeko Himuro, fue la primera y única película del Studio Ghibli que se realizó para la televisión. Además fue la primera película que no estuvo dirigida por Hayao Miyazaki o Isao Takahata, pretendiendo dar la oportunidad a las jóvenes promesas del estudio. Estuvo dirigida por Tomomi Mochizuki.
Las voces protagonistas fueron dobladas originalmente por Nobuo Tobita en el papel de Taku Morisaki, Yoko Sakamoto en el papel de Rikako Muto y Toshihiko en el papel de Diego del Arco. En España, en la versión DVD el doblaje estuvo a cargo, respectivamente, por Alberto García Escobal, Estíbaliz Lizárraga y Antón Palomar. Pero para su visionado en Netflix España las voces son las de Juan Alfonso Arenas, Desirée Álvarez y Diego del Arco.
Es la película que menos he disfrutado de las que llevamos vistas, se nota que está dirigida por las jóvenes promesas del estudio ya que carece de la falta de profundidad ni el carisma de los personajes que el resto de películas que se habían estrenado hasta entonces. Pero ello, no significa necesariamente que sea una mala película ya que su ejecución es correcta.
Es una historia lenta, a un ritmo muy japonés, que nos cuenta, en teoría, la historia de un triángulo amoroso entre dos amigos y una joven que llega nueva al estudio. Y digo “en teoría” porque no he sentido en ningún momento la existencia de ese triángulo amoroso debido a la ausencia de Yutaka en todo el film. Nos queda claro desde un primer momento que se siente atraído por la chica, pero no se profundiza ningún acercamiento entre ellos, como sí ocurre con los protagonistas.
Luego está la relación con los otros dos protagonistas que tampoco creo que esté del todo desarrollada. Sientes que falta algo, una chispa. Taku llega a la conclusión de que había algo en Rikako que siempre había estado ahí pero la película es incapaz de transmitirnos ese algo.
De hecho, ésta es un personaje que resulta cargante, en ocasiones hasta bipolar. Puedes llegar a entender sus motivaciones, pero no llegas a comprender sus cambios de humor ni tampoco la madurez de los protagonistas queda bien desarrollada pues para algunas cosas se comportan (y hablan) como adultos, pero luego sus cambios de humor y su actitud denota que están en plena edad del pavo.
Quizás el problema sea la duración que no permite desarrollar la relación, quedándose coja, pero pese a su corta duración no se siente la película como corta, sino que hay momentos que se hace un tanto pesada.
No obstante, la película está bien narrada, pese a que no terminas de comprender bien a los personajes y hacia el final notas que, sin entender por qué, consigue atraparte hasta que termina con un final que sin decir nada lo dice todo. Me ha gustado especialmente las reflexiones que realizan los personajes, al final, sobre las relaciones en la adolescencia, como desde la adultez las cosas se ven de distinta manera.
Por último, la animación es muy buena, especialmente si tenemos en cuenta que era un producto que estaba pensado para presentarse directamente en el cine. Presenta los cuidados propios del estudio y contribuye a mejorar la experiencia de la película.
