Película dirigida por James Cameron en 1984 y protagonizada por Arnold Schwarzenegger (doblada por Constantino Romero), Linda Hamilton (doblada por María Luisa Solá) y Michael Biehn (doblado por Manolo García).
Si pensamos en películas de ciencia ficción de los 80 seguramente una de las que nos vengan a la cabeza es Terminator. Normalmente hay dos caminos de llevar la ciencia ficción: uno supone dar explicaciones científicas ficticias de lo que estás contando y otra es perderte más allá de los límites de la ciencia, centrarte en la historia que estás contando sin preocuparte si es creíble o no. Terminator elige sabiamente este camino. Te plantea una historia sencilla, que no te haga comerte demasiado la cabeza y se sumerge en la trama, haciéndote sentir el miedo de los personajes ante un enemigo aparentemente imposible de vencer.
La trama es rápida, sencilla. Va al grano y te cuenta lo que quieres oír, no se te hace pesada en ningún momento. Lo mismo con los efectos especiales, muy cutres, pero cumplen su función. Hay veces que lo más sencillo es la mejor forma de contar una historia. No tiene más pretensiones que entretener y lo consigue con creces.
Estamos acostumbrados últimamente a películas en que se tiende a la espectacularidad, en ocasiones eclipsando el propio desarrollo del guión o de los personajes. Terminator, en cambio, consigue escenas emocionantes sin necesidad de espectacularidad. Y finalizando la acción en un combate contra el Terminator con una estética parecida a la de una película de terror de los 80 que te mantiene sentado hasta que termina.
También deja tras de sí una crítica social de cómo los hombres seremos los que causemos nuestra propia destrucción, pero deja una llama de esperanza, de que también seremos capaces de hacer frente a nuestra destrucción gracias a nuestro instinto de supervivencia.
Quizás como única pega podríamos indicar que simplifica demasiado el tema de los viajes en el tiempo, dejando una serie de dudas que se desarrollarían en la siguiente película de la saga.
Por último, en cuanto a los actores, todos cumplen correctamente. Estamos ante uno de los mejores papeles de Arnold Schwarzenegger, al menos el que más reconocimiento le ha otorgado. Otra mención especial merece Linda Hamilton está correcta, si bien su personaje no logra alcanzar el nivel de interés que alcanza en futuras entregas. Es una joven Sarah Connor, inexperta, que está comenzando a comprender su papel en la guerra en la que se han metido, pero se atisba muy lejano de lo que será la Sarah Connor del futuro.
En fin, estamos ante una de las sagas más conocidas de ciencia ficción y apreciada en la distancia podemos entender que gustara en un momento. Es una película sin más pretensiones que entretener, tanto a nivel técnico como narrativo, pero precisamente en esa simpleza radica su genialidad. Es una pequeña semilla que germinaría en una de las más famosas sagas de este campo.
