Hay un mundo más allá de James Bond y del abandono de Daniel Craig. Habrá obviamente más films del mítico 007, pero también hace más de un año se anunció que había también Kingsman para muchos años. Y es que confirmaron el desarrollo de hasta siete películas de esta nueva saga al más puro estilo de espionaje británico de acción. Pero por ahora las secuelas, tras ‘Kingsman: El servicio secreto’ y ‘Kingsman: El círculo dorado‘, tendrán que esperar para dejar paso a la precuela, que se estrena el próximo 29 de diciembre. Se llama ‘The King’s Man: La primera misión’, y como su nombre indica, nos relata el origen de esta organización, que data de principios del siglo XX durante los convulsos tiempos de la I Guerra Mundial.
Obviamente, al trasladarnos un siglo atrás, no aparece ninguno de los ya icónicos personajes de Kingsman, sino aquellos que fundaron la organización secreta de espionaje británico para contribuir a la estabilidad mundial. El director, Matthew Vaughn, quería explorar los orígenes de todo y consigue una cinta elegante, trepidante, a veces excesiva e incluso histriónica por momentos, sobre todo con la composición de ciertos personajes como Rasputin.
ENTRE LO SOBRIO Y LO EXCESIVO CON LICENCIAS
Sin embargo, ‘The King’s Man: La primera misión’ se aparta más del lado de comedia en muchos tramos y se centra más en el thriller e incluso el drama, sin descuidar una acción que irá in crescendo a lo largo de la película. A ratos es sobria pero de repente explota con escenas más propias de la franquicia, incluso yendo un paso más allá. De cualquier forma, puro divertimento y con un elenco a la altura: Ralph Fiennes, como el fundador de Kingsman, Harris Dickinson, Aaron Taylor-Johnson, Charles Dance, Daniel Brühl, Gemma Arterton, Djimon Hounsou, Matthew Goode, Tom Hollander (que interpreta a tres reyes diferentes pero emparentados), Stanley Tucci y un irreconocible Rhys Ifans como Rasputin.
Tampoco esperemos rigor histórico, con curiosas explicaciones a acontecimientos vitales en la historia de principios del siglo XX, pero que harán las delicias de los más conspiranoicos y haters de las versiones oficiales (imperdible el epílogo tras los títulos de crédito, no salgáis de la sala antes de tiempo). Pero se comprenden perfectamente por el espíritu de la película, digna precuela de una saga con el mismo espíritu gamberro pero elegantemente británico, con el único propósito de entretener y divertir.
DE NUEVO LA ACCIÓN, MARCA DE LA CASA EN ‘THE KING’S MAN: LA PRIMERA MISIÓN’
Sin duda se quedarán en la retina sobre todo las espectaculares escenas de acción, con una coreografía fascinante, el toque Matthew Vaughn en cada fotograma y acompañado por una música, eso sí, más contemporánea, que contrasta con la época que se narra. Veremos algunas secuencias de lo más bizarras y otras más oscuras, pero siempre con ese estilo inconfundible tanto del director como de la que ya es, por ahora, una trilogía y una saga que goza de buena salud para seguir creciendo.
Otro aspecto positivo de esta precuela es que digamos que se amplía la fórmula, gracias a las oportunidades que dan los nuevos personajes y el convulso momento histórico en que se crea la organización. De cualquier forma, Matthew Vaughn, que estuvo tan inspirado llevando el cómic de Marc Millar y Dave Gibbons a la pantalla, tiene todas las papeletas para triunfar con esta precuela, si bien con ‘Kingsman: El círculo de oro’ no logró la misma regularidad y efecto. Con ‘King’s Man: La primera misión’ se va a los extremos, columpiándose continuamente entre lo más profundo y dramático, y lo más histriónico e incluso bufonesco. Todo al servicio de un gran entretenimiento que en muchos casos imaginas su traslado al cómic y que da un nuevo impulso a la saga, dejándote con ganas de más.
