Kevin Faige, presidente de Marvel Studios, lo ha dejado claro en una entrevista: asegura que el ‘Thor: Ragnarok’ completa la trilogía y no habrá más, al igual que ocurre con Capitán América o Iron Man, finiquitando la Fase 3. De aquí directamente a ‘Los Vengadores: Infinity War’.
Bueno, todo esto parece muy serio y pomposo, pero no te engañes, este final de ciclo que puede ser ‘Thor: Ragnarok’ es cañera, divertida e incluso bizarra como pocas, desmarcándose de las dos primeras entregas más épicas y oscuras de Kenneth Branagh y Alan Taylor. Como ocurrió con Iron Man, todo ha derivado en una visión más divertida, en ocasiones autoparódica y desenfadada, sin perder sus momentos trascendentes y espectacular acción.
Fotograma de ‘Thor: Ragnarok’
Pero sí, el neozelandés Taika Waititi imprime su sello cinematográfico en toda la cinta y se acerca más al fondo y forma de las saga ‘Guardianes de la Galaxia’, incluida también la música. En esta ocasión gana por goleada la parte más desenfadada que la más profunda y de acción, que no la aventurera. Nada nos sorprenderá ni para bien ni para mal pero el conjunto es delicioso en cuanto al disfrute y, qué diantres, esto es el universo Marvel y de eso se trata. Las lecturas mitológico-filosóficas las dejamos aparcadas.
El equilibrio de personajes es perfecto: Hulk y Loki brillan, como Cate Blanchett y Jeff Goldblum, si bien podrían haber tenido mayor protagonismo. Pero la duración es menor de la media (2 h 10 min.) y desde luego la condensación frenética pero clara de acción, aventura, comedia y épica está perfectamente medida y en ningún momento abruma o lía.
‘Thor: Ragnarok’ es un colofón perfecto y por encima de la media de la trilogía del dios nórdico. Es un preludio también perfecto para la gran batalla Vengadores y que como siempre deja las respuestas y preguntas justas para que la rueda Marvel siga a velocidad de crucero y sin pinchazos. Que siga el espectáculo.
