Cada estreno de Ridley Scott es siempre un acontecimiento, a pesar de las a veces decepciones que nos ha brindado. No pasa nada. Es ya más que un director, una marca casi, con algunas obras maestras que le da crédito infinito. Sí es cierto que sus grandes películas rezuman sobre todo estilo, estilo propio, una firma reconocible, como pasa con los grandes. Pero también tiene otro puñado de films que son o parecen de encargo, sin marcas reconocibles. Es el caso de ‘Todo el dinero del mundo’ (‘All the Money in the World’), por mucho que haya sido nominado como director en los Globos de Oro.
Fotograma de ‘Todo el dinero del mundo’, con Christopher Plummer
Dicho esto subrayar que no es mala película. Está rodada con solvencia, con ritmo, con buenas interpretaciones y ambientación, con un tema basado en hechos reales y muy actual, pero siempre tienes la sensación de que le falta algo, de que nunca cruza esa línea entre un aprobado sin más y un notable. La historia del multimillonario Getty, el secuestro de su nieto por la mafia italiana en los años 70 y su negativa a pagar el rescate tiene los suficientes alicientes para arriesgar más, sobre todo siendo Ridley Scott.
‘Todo el dinero del mundo’ habla de la avaricia frente al amor filial, de lo material frente a lo sensible, donde si no conoces la historia puede parecer que no todo es lo que se aparente aunque al final sea todo más sencillo de lo que imaginábamos. El peso recae en Christopher Plummer, alabado como tantas veces por su trabajo aunque a servidor le parece demasiado anciano teniendo en cuenta la edad del multimillonario y los flashbacks que se exige. De hecho el papel iba para Kevin Spacey pero el escándalo de abusos le apartó del proyecto.
Estamos ante un film que no es ni drama familiar, ni thriller, ni de acción, donde no se pega un solo tiro pero no impide mantener la tensión y el interés. Ridley Scott cumple la misión con solvencia, firmando un título que no está entres sus mejores pero tampoco entre sus olvidables. No hay grandes peros, es cierto. También es cierto que tampoco hay elementos por lo que no sea un buen film pero sin dejar poso alguno.
Lo mejor: las interpretaciones y la ambientación.
Lo peor: le falta fuerza, momentos que se queden en la retina.
