«UNA VIDA EN TRES DÍAS» O CÓMO SALIR DEL INFIERNO EMOCIONAL

[xrr rating=3/5]
 
«El síndrome de Estocolmo es una reacción psicológica en la cual la víctima de un secuestro, o una persona retenida contra su voluntad, desarrolla una relación de complicidad, y de un fuerte vínculoafectivo, con quien la ha secuestrado. Se debe, principalmente, a que malinterpretan la ausencia de violencia contra su persona como un acto de humanidad por parte del secuestrador.»

Se nos olvida pensar en las personas que hay detrás de ese síndrome. ¿Qué les pasa? ¿Qué vida han tenido? ¿Qué necesitad tienen para ver esa opción como una opción viable? «Una vida en tres días» Descoloca al espectador rogándole que se haga estás preguntas para que el discurso fílmico no entre en una batalla campal con el raciocinio de éste.
«En el verano de 1987. Adèle, una mujer recién divorciada, ha perdido la autoestima tras la marcha de su marido. Su hijo Henry, un chico de 13 años, trata por todos los medios que su madre no se siga hundiendo. Un día, en un supermercado un hombre que les pide que lo alojen en su casa, pero resulta ser un fugitivo en busca y captura. A partir de ahí, una vida en tres días.»

El personaje de Josh Brolin, es la figura necesaria para que la desestrucurada complejidad emocional de Henry y Adele, vean algo de paz es sus vidas. La de ella totalmente destrozada por conflictos maternos y románticos y por otro lado, Henry, el hijo, que a través de la mirada de Gattlin Griffith, desea ver mirar a la cara a la vida y que su mirada sea devuelta con la verdad.

La reconstrucción, simbólica, en tres días, de una casa en ruinas, empieza a establecer los cimientos de las necesidades interiores que grita el trío protagonista y que deberán, o no, paliarlas en una dura convivencia, en donde lo intimo, la complicidad del roce, de la mirada, del cuidado de lo que se dice y lo que no se dice, establece las bases de lo que podría haber sido una gran historia sobre la introspección personal. En donde por ejemplo, el gran peso de una mirada que está evolucionando, la de Henry, poco a poco descubre las «verdades» de la vida. Y de cómo la experiencia vital que se le brinda a este personaje en los pocos días en donde está situada la historia, se va atropellando, dejando ideas sueltas que nosotros tenemos que ir completando, experiencias como por ejemplo, la identidad y el despertar sexual, la comprensión de la estructura familiar y de la importancia de la sinceridad dentro de ésta para su propia supervivencia. Experiencias que necesitaban otro tratamiento fílmico.
Da la sensación de que la energía del director Jason Reitman (Up in the air, Gracias por fumar, Juno) esta concentrada en establecer de un modo pulcro y preciosista la relaciones del trío protagonista por un lado,  y por el otro, desgraciadamente, existe un desprendimiento de esta sensación cuando la película tiene que entrar en vereda y tontear con el thriller de suspense. La mirada de Reitman desea defender el ideal de «verdad» que aparece en el filme pero falla cuando tiene que engañar, para crear la tensión interna que vivimos en la casa ( preguntas cómo: ¿ Si están ocultando al preso porqué se exhibe tanto ? ) y se empieza a atropellar.

Aun así, es esa conexión entre los personajes la que construye la trama y donde se concentran todos mis halagos. De otra forma, la obra de Reitman no podría contar con la desesperación amorosa que sufre, y que borda Kate Winslet desde la contención, ni con el magnetismo y las ganas de amar que nos muestra Brolin o la mirada inocente que se enfrenta a la vida real del personaje que interpreta el joven Gattlin Griffith.
El salto de fe que toda mente debe hacer para enfrentarse a esta obra no llega a agarrarse a nada para sostenerse, lo que fácilmente la lleva al pozo del olvido fílmico. Dejando en algo, difícilmente correcto, en un trabajo que con guión con un trabajo de reflexión humana mas sincero, nos llegaría a plantear cuestiones importantes sobre la condición humana.