La sexta entrega de la saga para los que anhelan los años del Canal + codificado y de los vídeos de primera del año de la kika, ha llegado a sus festivales favoritos. Como en todas las películas de segmentos habrá alguno que tendrá más interés que otros, pero en este caso todas las historias destacan por su mediocridad.
El montaje marca de la casa con esos glitches y desajustes forzados se hace pesadísimo. El reto es ver algo. El uso de la cámara en mano cansa sobremanera. 112 minutazos que son una tortura en sí mismos. Para sacar algo bueno entre el tedio general de todas las historias cabe mencionar el segmento de Scott Derrickson (Sinister, Black Phone) “Dreamkill “, algo original y sanguinolento, perfecto para despertar del sopor generalizado de los fragmentos anteriores (aunque la calidad de la imagen es paupérrima como en el resto, un dolor).
Si eres fan de la saga, tírate de cabeza. Si quieres quedarte medio ciego, esta es tu oportunidad. En caso contrario, prueba a ver alguna de las anteriores antes por si las moscas, o pasa de largo. Eso sí, el póster es guapísimo, lo mejor.
