Es el verano más caluroso de la historia en Madrid. El suicidio de la mujer de Manuel le empuja a mudarse a casa de su hijo Mario. El comportamiento errático de Manuel hará que Lena, la mujer de Mario, empiece a sospechar que algo grave le ocurre al anciano. Naia, la hija de Mario, será la única que confíe en que su abuelo supere el bache.
Viejos (2022, Raúl Cerezo, Fernando González Gómez) es aparentemente una película que aborda el terror desde el punto de vista de la tercera edad. El miedo a la soledad, a enfrentarse a un mundo cada vez más desconocido, a la violencia estructural que ejerce el sistema sobre los ancianos… Manuel escucha voces, habla solo y se comporta de una forma extraña. Su presencia en la casa de Mario y Lena crea un cisma en su relación y envenena el ambiente familiar. Lo que no sospechan es que Manuel forma parte de algo más grande que todos.
La película tiene un primer acto desalentador y duro, un golpe de realidad al que mucha gente debe enfrentarse cada día y que nos incomoda. Raúl Cerezo y Fernando González Gómez ponen un espejo delante nuestro para reflejar como la sociedad maneja el cuidado de nuestros ancianos cuando se quedan solos o ya no pueden valerse por sí mismos.
Enlazar el desasosiego con una trama cifi de lo más original no es moco de pavo y aquí los directores salen airosos. Nos transportan a un lugar en el que nunca hemos estado ni nos gustaría vernos inmersos, un terror más irreal si se quiere, pero muy juguetón. Las interpretaciones son magníficas, el guion es sólido y la experiencia es inmejorable. No se puede terminar esta reseña sin mencionar uno de los finales más memorables de la historia del cine español.
Una inesperada fiesta para una de las sorpresas del año. De lo mejor que se ha visto en la 41º edición del TerrorMolins.
