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Como buen freak soy un acérrimo seguidor de la saga de Warcraft, recuerdo jugar a los videojuegos de Warcraft I y II durante mi adolescencia. Mi hermano mayor un día trajo 14 disquettes para instalarlo en nuestro Pentium 100. En esa época también me empecé a leer los libros de Tolkien.
No había nada mejor, primero leer los libros de la Tierra Media y después arrasar ejércitos enteros en Azeroth. La saga Warcraft empezó como un juego de estrategia basado en los juegos de mesa Warhammer, era la moda del momento con otros juegos como Age of Empire, Civilization, Command & Conquer o Starcraft. Más tarde llegó Warcraft III una evolución 3D del juego de estrategia que incluía nuevas razas. Recuerdo ser muy fan de la raza de árboles vivientes, me encantaba gritar: ¡¡Los Ents irán a la guerra!! Este tercer juego (muy poligonal) fue menos querido que sus antecesores, pero incluía un detalle básico para el futuro de la saga, los héroes.
Los héroes eran el detalle definitivo para construir una buena historia. Los heroes tenían poderes especiales y guiaban a sus ejércitos a ganar la batalla, ya no eran todo clones en tu ejército. Podías controlar a Trall como jefe de la Horda para saquear los pueblos de la Alianza. Con esa idea salió el juego definitivo hace 13 años, The World of Warcraft, aún hoy es el juego con más supscriptores on-line (gracias a sus numerosas expansiones).
Este juego rompió con las mecánicas de sus antecesores, pues ya no era un juego de estrategia al uso. Todo estaba ambientado en el mundo de Warcraft, pero en vez de guiar batallones, ahora ya solo podías llevar a un solo personaje. Este personaje era tu héroe, podías escoger la raza, sus rasgos faciales, su estilo de lucha, sus profesiones. Una vez creado lo ibas haciendo más fuerte mediante inumerables misiones y tareas que se volvían completamente adictivas. Yo mismo durante 3 años y medio estuve enganchado al juego, manejando a un mago no-muerto llamado Escrófula.
Es una obviedad que Blizzard sabe como hacer videojuegos y hay mucha gente que le encantan (Warcraft, Diablo, Starcraft y un largo etcetera). Blizzard ha sido una máquina de hacer dinero en el campo de los videojuegos y ha hecho mundialmente conocida su saga de Warcraft. Llegados a este punto alguna mente creativa pensó: ¿Porqué no dar el saltó al mundo del cine? La eterna pelea del bien contra el mal siempre funciona, y con el Sr de los anillos y el Hobbit de Peter Jackson, mucha gente ya sabe lo que es un orco, un elfo o un enano. Además el director escogido Duncan Jones, fan reconocido de la saga, lo había hecho muy bien en sus pelis anteriores como Moon o Source Code. He de reconocer que me entusiasmé…
Después de este speech podéis ver que tenía muchas ganas que todo saliese bien. Los trailers tenían muy buena pinta. Los efectos especiales, la fotografía, la caracterización de los personajes es totalmente fiel a los videojuegos, usando colores muy vivos y no escatimando en musculatura, tamaño y detalles del mundo de Warcraft. Además el elenco de actores es acertado, teniendo como protagonistas a Travis Fimmel (Vikings) y a Paula Patton (Misión Imposible: Protocolo fantasma). Que podía fallar entonces? LA HISTORIA.
La trama empieza con buenas intenciones, presenta el mundo y sus personajes, enseguida reconoces a los protagonistas: Anduin Lothar, el cuñado del rey que lo daría todo para el bien de su reino. Durotan cabecilla orco del Clan Lobo Gélido que no ve clara la idea de arrasar a los humanos utilizando la magia negra. Garona orca mestiza que con un cuerpo 10 y carita de ángel que es maltratada por los orcos ya que no es de sangre pura. Gul’dan mago orco responsable de la entrada a Azeroth de la Horda a través de un portal que para ser usado necesita la vida de prisioneros.
La película tiene algunas buenas ideas:
- Describe a los orcos como una raza de honor que aunque lo solucionan todo mediante la guerra, no todos son necesariamente malvados.
- Es interesante ver las tiranteces que se generan entre diferentes razas y lo difícil que es colaborar para un bien común en una sociedad aparentemente civilizada.
- Plantea una relación afectiva entre personajes de diferentes bandos y de diferentes razas.
- Hace una descripción fiel del mundo creado por Blizzard en alta definición, sus ciudades, vestimentas, magia y algunos de sus héroes…
Sin embargo la historia va avanzando y fallando sin cesar, dango giros predecibles con demasiados personajes secundarios mal contruidos que no tienen ningún carisma. Y con un desenlace que no se entiende, que no gusta y que corta la peli de cuajo… En resumen, lo tenían todo para triunfar, pero falló el guión, convirtiendo este nuevo producto en una decepción entretenida. Todas las buenas ideas se van desdibujando a medida que avanza la trama y después de una hora ya te das cuenta que cada vez te va gustando menos hasta que cae en barrena. En ese momento llegué a pensar que el mismísimo mago Gul’dan me está arrebatando lentamente mi vida para poder abrir su portal a otro mundo, pero no, simplemente me estaba aburriendo.
Lo mejor: Que si vas a ver esta peli en España a un CINESA te regalarán un código para descargar el juego World of Warcraft con todas sus expansiones hasta Warlords of Draenor y un mes de suscripción gratuita. Una GENIAL maniobra de marketing!
Lo peor: LA HISTORIA es un despropósito. Pero además salen demasiados lugares con sus nombres, órdenes de magos, ejércitos, razas. Si no estás familiarizado con la saga, te perderás con esos personajes y localizaciones poco importantes para la trama pero que han sido metidas con calzador.
